Primero vamos a definir conceptos y distinguir las diferencias existentes entre celulitis y grasa localizada. La grasa localizada puede estar o no asociada a la celulitis, es decir, puedes tener una mala circulación y una falta de oxígeno en los tejidos lo que provoca que tengas celulitis y sin embargo, estés en tu peso ideal y por lo tanto, no tengas grasa acumulada. A diferencia de la grasa localizada en la que nos encontramos una acumulación de ácidos grasos unida a una alteración de los adipocitos y retención de líquidos que, afecta a determinadas zonas del cuerpo, principalmente en vientre, glúteos, pantalón de montar y muslos. Entre las causas por las que se forman estos cúmulos de grasa pueden estar los factores genéticos, el sedentarismo y los trastornos en la alimentación.

La celulitis, en cambio, tiene un componente genético muy importante debido a la mala circulación y a la falta de oxígeno y nutrientes de las células y, esto es responsable de los pequeños hoyuelos visibles en la piel y conocidos como piel de naranja. Las causas que la provocan pueden ser varias, entre ellas la mala circulación sanguínea, la genética, el origen étnico, los hábitos alimenticios o la inactividad física. Las zonas más afectadas son los glúteos, piernas y rodillas.

Al tratarse de dos problemas distintos, sus tratamientos también son diferentes para cada caso. ​¡Repasemos las opciones que existen para eliminar estos antiestéticos problemas!